Muchas personas con autismo tienen una capacidad para los detalles que es insuperable. A esta capacidad, sumada a otras que suelen darse en estas personas, le llamamos «La Ventaja del Autismo” y es nuestro argumento clave -pero no el único- en favor de la inclusión de estas personas en las empresas.

Todas las personas que incluimos tienen una condición dentro del espectro del autismo (o Asperger) o alguna otra dentro de lo que se conoce como neurodiversidad. En Specialisterne vemos el talento más allá del diagnóstico, y ponemos en valor esas características enfocando a estas personas en tareas que les gustan y en las que sobresalen, convirtiendo lo que muchas veces se considera como una desventaja en la “ventaja del autismo”.

Tareas que otras personas a menudo encuentran aburridas, repetitivas o demasiado exigentes en algunos aspectos son un encaje perfecto para nuestros talentosos empleados, que realmente disfrutan de este tipo de trabajos y aportan su capacidad para:

• prestar mucha atención a los detalles
• concentrarse durante períodos más largos de lo habitual
• perseverar en tareas o acciones repetitivas
• reconocer patrones
• detectar desviaciones en datos, información y sistemas

Pero incluir a personas con autismo tiene un impacto que va más allá de la incorporación de talento. Entre otras razones, nuestros clientes experimentan -y ayudamos a medir- una alta fidelización de este talento, un crecimiento profesional de los equipos y especialmente de los responsables de esos equipos, más todos los beneficios propios de realizar un proyecto que también tiene un impacto social, genera orgullo de marca y puede estar perfectamente alineado con la política de RSC o de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de una empresa.

La primera fase de un proyecto de inclusión tiene por objetivo encontrar un grupo de personas con autismo y otras condiciones similares que, a priori, sean potenciales empleados para nuestro cliente teniendo en cuenta los requisitos concretos de los puestos disponibles.

Esto implica divulgar el proyecto dentro de la empresa, analizar los puestos de trabajo, ajustar y ejecutar una campaña de divulgación para encontrar personas interesadas, entrevistarlas y evaluarlas, seleccionar un grupo final y preparar la formación de la fase siguiente.

En esta segunda fase el objetivo es preparar a los candidatos para poder integrarse en el equipo de nuestro cliente, así como preparar al cliente para la incorporación de esas personas.

Esto implica, por un lado, proporcionar formación técnica en las tareas que esas personas deberán hacer así como, sobre todo, formación en habilidades sociolaborales donde esas personas puedan tener más dificultades. Combinando sesiones grupales e individuales, buscamos mejorar la empleabilidad de estas personas, evaluar sus competencias y definir líneas de trabajo futuras para seguir mejorando esa empleabilidad.

También realizamos aquí sesiones de sensibilización y de formación a responsables de equipos, mentores, futuros colegas y otras personas que ya están trabajando en nuestro cliente para explicarles qué es el autismo y la neurodiversidad y cómo incluir mejor a personas con estas condiciones en una organización.

Finalmente, proponemos un encaje de los candidatos -o la mayoría de ellos- con los puestos disponibles.

El objetivo aquí es asegurar el éxito de la inclusión de las personas con autismo y otras condiciones relacionadas. Esto lo realizamos básicamente mediante sesiones de coaching individualizado con cada una de estas personas y con sesiones de trabajo con sus responsables, el área de RRHH y otras personas implicadas, como mentores.

Todo este apoyo ayuda a todas las personas a crecer profesionalmente, a gestionar mejor determinadas situaciones que se dan en un contexto empresarial en unos casos y a dirigir o colaborar mejor con personas neurodivergentes en otros, favoreciendo al final la creación de un entorno laboral mucho más inclusivo -no solo para las personas con autismo-.